viernes, 12 de noviembre de 2010

No digas palabras que se las lleve el vientono quieras jugar el fantasma que nunca se va.  
Quiero que salga de nuevo el sol de invierno, tal vez deberia dormir sin despertar.
Yo no puedo seguir con este juego, no quiero morir de nuevo mil veces. 
Después de los dos no habrá una palabra, ya nada quedara, solo una lagrima.
Después de morir por ti, y resucitar, ya nada queda, ya nada nos queda.